jueves, 24 de marzo de 2005

Un poco de historia...

Que siempre quise tener un trozo de arrecife en casa, pues es simplemente el tópico que todos solemos usar para justificar esta apasionante afición. No en vano, justificamos esto y mucho más a la hora de invertir en carísimos cacharros y costosos animales en pro de llenarnos de satisfacción cada día más cuando nos asomamos a esa ventana hacia el mar que, gustosamente, hemos creado en cualquier rincón de nuestra casa.

Quizás esta haya sido la primera razón, pero no la única, que me arrastró en su día hacia este apasionante mundo del arrecife, aunque, quizás, la razón más poderosa ha sido el marcar un reto. Tantas y tantas noches de lectura, de navegar por la red, de escuchar y de preguntar fueron haciendo cada día más apasionante sumergirme en este mundo de rarezas maravillosas y enormes contrastes de vivaces colores. De hecho, hace unos catorce años, tuve mi primer acuario de 140 litros con peces tropicales de agua dulce y fue una experiencia maravillosa. Mal aconsejado por el chico de la tienda que me vendió los peces, opté por olvidar la idea de iniciarme en aquella época con un marino. Es por ello que arrastro esa frustración desde entonces y, catorce años después, poder escribir estas líneas es la recompensa a estos años perdidos de experiencia.

Hoy día, puedo decir sin ruborizarme que, cada vez que me acerco a esa ventana, aún se me pone la misma cara de perplejidad que hace un año se me ponía cuando veía el Acuario del Mes en la revista Reefkeeping.


Tener una configuración de equipo como la que tengo, creo que no es casualidad. Tampoco creo que haya sido por ir "a la ligera". Ha sido, como he dicho anteriormente, fruto de la lectura y de "invertir" en este hobby mucho tiempo y también… mucho dinero. Recuerdo mis primeros posts en TM y otros foros cuando me "asomaba" sin hacer mucho ruido para preguntar alguna cosilla y los más veteranos me decían "tú has leído mucho… se nota…". En fin, supongo que esto lo remarco para los nuevos que se inician y quieren ir a la ligera en este hobby.


Antes de presentaros mi acuario, me gustaría agradecer a Mª Ángeles, mi mujer, todo lo que ha soportado, de lo que se ha privado y cómo me ha animado para que un servidor vea hoy día su sueño realizado. A Miguel, mi buen amigo, por sus ánimos y consejos por esta afición, y a Ezequiel, por haberme ayudado tantísimo y haberme facilitado tantos medios… nunca podré compensarle del todo.