sábado, 26 de noviembre de 2005

El traslado...

Si mantener un acuario de arrecife es tarea difícil... imagínate lo que supone mantener dos y de elevadas dimensiones...

Hoy, después de 23 días desde que coloqué la roca nueva, me he decidido a acabar con una situación poco menos que "insostenible". Con la mitad de equipos en un acuario y la mitad en otro, tengo que estar rellenando a mano el agua evaporada, dosificando y equilibrando todo el acuario pequeño de forma rudimentaria. Debido a las fluctuaciones de nivel en el sump, el skimmer trabaja de forma inadecuada y no es capaz de eliminar del acuario los restos de materia inorgánica que se producen en él, provocando subidas altas de nitratos.

Todo ello y... muchas ganas por ver mi nuevo arrecife funcionando completamente, me ha llevado hoy a meterme de lleno en el traslado de toda la roca que mantiene mi acuario pequeño, así como la enorme cantidad de habitantes que en él conviven.

Jamás me podía imaginar la gran cantidad de corales que había llegado a reunir en tan sólo un año. Es impresionante comprobar el montón de infauna que ha sido capaz de crearse de forma autónoma en mi acuario... Cangrejos, gusanos, esponjas, plumeros, zooanthus, aiptasias, majanos y hasta una mantis he logrado sacar de mi acuario.

Si la colocación de la roca nueva fué tarea de monos, os podéis imaginar cómo es la tarea de eliminar todo mal bicho viviente entre las rocas. Lo más impresionante, un gusano de fuego que medía más de treinta centímetros de longitud y un centímetro de grosor. He podido contar hasta cuatro gusanos extraídos y que mantenían más o menos este calibre... razón de más para evitar que un nuevo habitante indeseado se introduzca de forma accidental en el nuevo tanque.

También he sacado una legión de cangrejos de unos 6 cmts de diametro, que ya habían ocasionado algún que otro "destrozo" en algunas de las acróporas más bonitas, llegando incluso a la pérdida de tejido en alguna de las ramas. He podido contar un total de 24 cangrejos "asesinos" que se han reproducido de forma accidental en mi acuario pequeño.

Con la ayuda de un cútter y unas pinzas, he ido eliminando cualquier vestigio de aiptasia aunque sé de sobra que de poco valdrá, pues su rapidez de propagación es tal, que si no mantienes ninguna especie que lo evite, invadirá una buena parte del nuevo acuario.

Me fascina el olor a mar que poseen las rocas y ver la plaga de copépodos saltando por la prolongación de los dedos hacia la mano, ratifica la buena "salud" que poseía mi acuario. Sólo espero que esa cantidad de infauna "sana", se multiplique y pueble mi nuevo y flamante acuario.

Después de más de 10 intensas horas de duro trabajo y un gran reguero de salpicones y agua por el suelo, he concluído la tarea por hoy. Lo más difícil... sacar los peces del tanque pequeño. Aún quedan dos Chromis Viridis por "rescatar", pero... son tan escurridizas, que prefiero seguir mañana con más calma y evitarles más estrés...

Mañana será otro día...