lunes, 10 de octubre de 2005

El coste de semejante empresa...

De pequeño, solía desmontar todo cacharro que llegaba a mis manos con el propósito de conocer qué albergaba en su interior. He de reconocer que algunos de ellos, juguetes incluídos, nunca llegaron a funcionar de nuevo y algún que otro tirón de orejas me ha costado.

Esta afición por lo desconocido, es la que siempre me ha llevado a comprender el funcionamiento de las cosas y lo que esconde en su interior, me ha decepcionado en multitud de ocasiones. Pero, las más ingratas sorpresas, sin duda alguna, han sido las que me he llevado desde el momento que me inicié en esta afición.

Recuerdo cuando llegó a mis manos por primera vez, un aparato para iluminar el acuario con luz de luna. El precio que tuve que pagar por él, 107 €, suponía más que un gran esfuerzo por mi parte.

Al tenerlo en mis manos, la inquietud por verlo funcionar me hizo dejar todo y desembalarlo para ver el efecto que daba en mi acuario esa maravillosa luz de luna pues, por el precio, debería ser más que maravillosa.

Apagué todo resquicio de luz que había en la habitación y coloqué el enchufe y el aparato en su posición y... ¡¡¡decepción!!! Pero... es que no se ve nada... vamos... que apenas se ve algo... Ahh... si, ya... ya se nota, pero... ¡¡leches!! es que no se ve apenas...

Pensaba una y otra vez en mis 107 € que había invertido en ello y que, desgraciadamente, no había sido más que una inversión para el cubo de basura... Inquietado por la poca utilidad del aparato, lo destapé para ver qué contenía en su interior y qué era aquello que no servía para nada y que me había costado tan caro. Al abrirlo, un diodo LED de color azul dentro de una envolvente de baquelita era lo más que se podía apreciar. El diodo, de no más de 4 € de valor, la caja de plástico, de unos 10 € y el pequeño transformador "Made in Taiwan" de 5 €, era todo el coste de aquel aparato. Pero, eso sí, en algún lado de la caja aparecía la palabra "Aquarium" y el flamante nombre del gran fabricante que lo distribuía...

A lo largo de estos meses me he encontrado de todo. Vamos, objetos destinados al uso acuarístico que quintuplicaban su precio habitual de mercado por el simple hecho de ser para acuarios marinos. Rebosadero marca "tal", construído con cuatro trozos de 20 cmts cada uno de metacrilato y un trozo de tubo de PVC por 60 mil de las antiguas pesetas, electroválvula para CO2 por 110 €, bombas persitálticas (que apenas funcionan), por 100 € y la adquisición de las más caras y últimas y que, por su chapucera construcción roza el timo... una enfriadora por 1.700 €. Han visto bien... 1.700 €!!!

La construcción de la misma, en chapa plegada lacada con tornillos autorroscantes de la ferretería de la esquina. En el interior... dos vasos de acero inoxidable sujetos con tres pernos pequeños que, además se encontraban mal apretados. La tapa de los vasos... unas tapaderas de filtro de vaso "apañadas" de mala manera para que hiciesen su función. El conjunto enfriador, un compresor de frigorífico cuyo precio en el mercado no asciende a más de 200 €. Las interconexiones de agua, realizadas con tubo de plástico verde del que se utiliza para la acuariofilia de agua dulce. Un termostato cutre "apañao" en una caja pequeña de plástico con errores de lectura en la sonda de más del 15%, es lo que forma parte del conjunto de la enfriadora para controlar la temperatura... Y digo yo, con esos errores de lecturas ¿qué mierda de control va a realizar sobre el agua la enfriadora?

Basado en mi corta experiencia, pero con la ayuda de un buen amigo y buen profesional del sector de la refrigeración, hicimos un estimado del coste real del producto (a la alza), llegando a la triste conclusión de que, el aparato que me habían vendido por 1.700 €, tenía un coste no superior a 400 €. Todo ello, sabiendo que el frigorífico de mi cocina, construido en acero inoxidable, con dos compresores, marca AEG, me costó tan sólo 800 €... Entonces... ¿a dónde van a parar esos 1.300 € restantes? Buena pregunta, pero también muy escabrosa...

Al parecer, la acuariofilia marina se está encontrando cada día más, con nuevos adeptos que, con mucho esfuerzo se inician en este hobby para ahogarse al poco tiempo en el sinfín de gastos adicionales y grandes que está imponiendo una industria con un mercado en auge. No en vano, son muchos los que se inician y sólo unos pocos los que continúan porque su situación económica también se lo permite.

Lo que sí está claro es que, en muchos de los productos que adquirimos para nuestro acuario marino, la relación precio/calidad/producto rozan la pillería y el timo en toda regla y deberían ser incluso objeto de análisis ante las autoridades competentes en materia de seguridad.

Esta opinión (la mía), aquí descrita, está basada en mi experiencia y no en falsas hipótesis o conjeturas y debería ser tenida en cuenta por toda aquella persona que, como yo, se ha iniciado en este maravilloso y fantástico mundo de la acuariofilia marina, el cual debe estar llenando los bolsillos de unos pocos "fortunados"...

viernes, 7 de octubre de 2005

Londres...

Exactamente... eso... todo un acuario más bien parecido a... Londres!!!

Esta mañana, cuando me he levantado... ¡¡¡Dios!!!, pero... ¿qué ha pasado?. Mi acuario se ha tornado exactamente en un mar nublado provocado por... ¿qué demonios ha provocado semejante espesa nube?

Por los primeros indicios apuntados por mi buen amigo JGC, ha sido una precipitación del calcio en toda regla. La lectura del test de calcio, que apuntaban valores por encima de los 700 ppm, confirman su teoría pero... ¿por qué?

Pues simplemente, repasando en voz alta junto a él por teléfono, por vez primera menciono la palabra "grifo". ¿Qué? ¿que has usado agua del grifo? Pero... ¿a quién se le ocurre?. Pues... a mi, leches... no imaginaba llenar 2.000 litros de agua con un aparatito de osmósis...

Pufff... menuda bronca... Y lo peor de todo fue cuando me preguntó... ¿como está el agua de Jerez?... ¿el agua de Jerez? Buahhfff... el agua de aquí está de muerte... no tiene fosfatos, ni silicatos ni nada de nada... ¿Seguro?... Claro que seguro... vamos... ahora le voy a hacer un test de silicatos...

Efectivamente... un test de silicatos y... ¡¡¡sorpresa!!!... el test marca 0,3 ppm de silicatos... La vegüenza se apodera de mi cara y me dirijo a mi buen amigo, entonando el "mea culpa".

Soy un imbécil, pero... lo cierto es que nunca me había planteado una subida tan brusca de calcio y menos aún, un nivel tan alto de silicatos.

Siguiendo sus consejos, he metido una filtración mecánica a base de espuma en el interior del sump... mañana pensaré qué hago con los dichosos silicatos...

Hoy puedo afirmar que he aprendido una buena lección, el alto contenido en calcio del agua potable del grifo, junto a la altísima concentración del mismo en la sal disuelta, ha provocado esa reacción en mi flamante acuario, dejando toda el agua de forma lechosa... ¡¡Menuda cagada!!

martes, 4 de octubre de 2005

Papá, ¿me puedo bañar en el acuario...?

Hoy me he decidido a llenar de agua el acuario. Ya han pasado unos días desde los últimos retoques de silicona y más de una semana desde que se construyó. Majestuoso e impresionante, el tanque se ha llenando hasta llegar a la mitad... no he querido tentar a la suerte...

Forzar "la maquinaria" me parecía un poco absurdo después de conocer casos de acuarios que han reventado por una fuga o una falta de adhesión de los cristales. Sin querer hacer locuras, fuí llenando poco a poco y comprobando las reacciones y las flexiones de los cristales.

Impresionante... ¡la leche!, ni una gota, ni una flexión... todo perfecto. Cada vez está tomando más forma mi nuevo proyecto y aún queda mucho camino por recorrer.

Visto desde arriba, es como estar en una porción de piscina o una bañera gigante... he tenido que sujetar a mi hijo que me preguntaba si se podía dar un chapuzón en él...

No obstante, la sensación de profundidad es mínima si se mira desde la parte principal que da al salón. Pienso que, cuando las rocas y los corales estén instalados, recuperará la sensación de lejanía que he ido persiguiendo desde el principio cuando dimensioné el tanque...

Una vez ha llegado el agua a los rebosaderos, e ido abriendo válvulas y poniendo motores en marcha... me recordaba al capitán Nemo en el Nautilus entre tanto tubo y tanta agua...

He detectado alguna que otra gotera sin importancia que mañana solucionaré, no quiero convertir mi instalación en la Rue del Percebe, lleno de goteras y cubos por todos lados...

La verdad es que, estoy preocupado por alguna fuga en el tanque o algo imprevisto que suceda... da un poco de miedo tener tantos kilos de peso y tanto volumen de agua basados en todo un experimento...